Las medias de compresión son una herramienta fundamental para el manejo del lipedema en nuestro día a día.
Ayudan a ralentizar el crecimiento de las células grasas, mejoran el sistema linfático, ayudan a reducir la sensación de pesadez de piernas y el dolor, y a controlar el avance al siguiente estadio del lipedema.
Las adecuadas para el tratamiento del edema, tanto linfedema como lipedema, son las de tejido plano. El médico rehabilitador será el que nos recomiende la mejor para nuestro caso en particular, ya que hay varios modelos con diferentes grados de compresión.
Son especialmente útiles cuando se hace deporte ya que ayudan al efecto bombeo y mejoran la circulación sanguínea y linfática. En una mujer con lipedema, la presión del edema estira la piel por lo que ésta deja de proporcionar una superficie firme contra la que los músculos puedan contraerse. La media de compresión proporciona una «nueva piel firme» para ayudar a los músculos a contraerse contra ella, y eso hace que la presión se ejerza en los vasos linfáticos y el fluido se mueva. Si se hace deporte sin la compresión, la piel se estirará y la fuerza de la contracción del músculo no sera trasladada a los vasos linfáticos. En consecuencia, las piernas pueden sufrir mayor hinchazón.