Aunque ya sabemos que la grasa del lipedema per se no se puede eliminar con cambios en la alimentación, el hecho de llevar una dieta adecuada puede ayudarnos a reducir la grasa no-lipedémica y también reducir la inflamación. El reducir nuestro peso, nos ayudará en la movilidad y consecuentemente seremos más activas. La actividad nos ayuda a que nuestro organismo funcione mejor, especialmente el sistema linfático.
Hay varios tipos de dietas recomendadas, RAD, Paleo, Dieta Antinflamatoria… pero hay ciertas cosas que todas ellas tienen en común:
- Eliminar alimentos procesados, evitando químicos y edulcorantes
- Disminuir el consumo de azúcar
- Disminuir el consumo de sal
Dieta RAD (Rare Adipose Disease)
Es la dieta recomendada por la Dra Karen Herbst, experta reconocida a nivel mundial en enfermedades del tejido adiposo, y está indicada para cualquier patología del tejido graso. Se trata también de una dieta antiinflamatoria.
Se recomienda disminuir el consumo de carbohidratos refinados, el azúcar, los productos lácteos pasteurizados, y eliminar los edulcorantes artificiales y los alimentos que contienen colorantes o aromatizantes añadidos, así como cualquier alimento procesado. En cambio se recomienda aumentar el consumo de frutas orgánicas y vegetales, granos enteros y fuentes saludables de proteínas, como proteína magra, como el pescado, las aves de corral de carne blanca y huevos.
Hay que aclarar que a día de hoy no hay estudios científicos que demuestren los beneficios de esta dieta en el tratamiento específico de las llamadas «enfermedades raras del tejido adiposo», entre las que se encuentra el lipedema. Dicho esto, una dieta rica en alimentos que previenen la inflamación ofrece una serie de beneficios para la salud en general, incluyendo la reducción del riesgo de enfermedades cardiacas, cáncer y otras enfermedades.